Jesús es el buen
pastor
Las enseñanzas de Jesús están llenas de simbolismos que ayudan a entender
el significado espiritual que pretende explicar. Obviamente utiliza imágenes de
su tiempo, que son significativas y representativas de lo que la gente
entiende. En aquellos tiempos, todos comprendían las virtudes de los pastores;
sin embargo, hoy día es una profesión en vías de extinción. Las cualidades de
un buen pastor son estas:
a)
El pastor conoce a cada una de sus ovejas y sus ovejas le
conocen a él. “El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama
por nombre a las ovejas y las saca del redil”. El pastor entiende a sus ovejas,
sabe cuándo su balan de contento, de tristeza o de terror porque se avecina
algún peligro. Igualmente, las ovejas reconocen la voz de su pastor, a veces su
silbido. “va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz”.
Los pastores de aquellos tiempos no tenían otra forma de comunicarse a largas
distancias que silbando. Así que las ovejas seguían el sonido de su pastor a
donde quiera que fueran.
b)
El pastor protegía a sus ovejas contra cualquier ataque.
En aquellos tiempos había lobos, perros salvajes y otros depredadores que
amenazaban las vidas del rebaño. El pastor debía de manejar el arte de lanzar
con su honda desde grandes distancias y gran precisión. Recordemos la pericia
de David cuando se enfrenta a Goliat, al cual logra derribar con un certero disparo
en la frente.
c)
El pastor se asegura de que lleguen a buen puerto. Los pastores
recorrían grandes distancias, en las cuales se aseguraban de alimentar a su
rebaño proveyéndoles de pastos, agua fresca y sombra para descansar. “Yo soy la
puerta; el que entre por esta puerto, que soy yo, será salvo. Se moverá con
libertad, y hallará pastos”. Al final de su recorrido, el pastor llevaba sanas
y salvas a cada una de ellas a casa. Sin una sola se perdía o se descarriaba el
pastor iba en su busca hasta que la encontrara.
Cuando Jesús hace esta analogía del pastor está precisamente queriendo
decir que él es así con nosotros. Primero, aquellos que llegamos a él
reconocemos la voz de la verdad. ¿Recuerdas cómo mencioné ayer que cuando la
gente le escucha hay dos tipos de reacciones? Están los que dicen “está loco de
remate” y están los que reconocen la verdad, incluso aunque no entiendan
completamente lo que dice. Es decir, algunas de las enseñanzas de Jesús pueden
ser misteriosas, dado que él enseñaba en parábolas, pero a pesar de su
complejidad hay algo en nuestro interior que testifica que provienen de la
verdad. Esos somos nosotros reconociendo la voz de nuestro pastor.
Jesús viene a traer
vida
“yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Jesús es la
persona en la historia de le humanidad que más ha inspirado a otros a vivir una
vida de abnegación, compasión y generosidad. Independientemente de aquellos que
viven la religión solo para señalar las faltas de otros, existe un gran número
de personas, que dejando la teología a un lado se deciden a poner en práctica
las desafiantes enseñanzas de Jesús. Son personas que salen de su zona de confort,
que en muchos casos dejan trabajos estables, familia y posesiones por hacer el
trabajo que sienten que Jesús les ha puesto en su corazón. Esas son personas
que irradian una vida, una vitalidad y un deseo de vivir que es dicifil de
encontrar en otras personas que aparentemente lo tienen todo (empleo fijo,
familia, un futuro brillante, etc…) cuando seguimos el llamado que Dios grabó
en nuestro corazón, siguiendo la luz de Jesús se abre ante nosotros una vida
apasionante llena de propósito y gratitud. La madre Teresa de Calcuta, Martin
Luther King, Mohatma Ghandi, Nelson Mandela, solo por nombrar unos pocos, son
personas que han marcado nuestra sociedad y que han dejado un legado de amor y
servicio en pos de la humanidad. Pero sus acciones no vinieron de su corazón,
sino de la transformación que Jesús hizo en cada una de sus vidas. Dios conoce
el corazón humano y sabe que hay corrupción en él, sin embargo, cuando dejamos
todo y le seguimos a él, hay una guía luminosa que siempre nos lleva a hacer el
bien a los demás y a nosotros mismos.
Tener en abundancia no se refiere aquí a tener posesiones materiales en
abundancia, sino tener gratitud, satisfacción, contento y alegría interior en
abundancia. En realidad, solo albergar esas emociones en nuestro corazón es lo
que puede darnos un sentimiento verdadero de plena abundancia en nuestra vida.
Podemos tenerlo todo y sentirnos miserables, estar rodeados de gente y sentirnos aislados, gozar
de buena salud y sentirnos sin energías. Sin embargo, cuando aceptamos el
llamado de Jesús se abre una puerta de par en par en nuestra vida; claridad
como no hemos experimentado antes, lucidez, sabiduría, discernimiento y valor
como pocas personas pueden demostrar. Jesús trae verdadero entusiasmo ante la
vida. La palabra entusiasmo se descompone en “en-teo-asmo”, es decir el
movimiento está dentro de Dios. Cuando caminamos en la vida con Dios en nuestro
corazón, él pone sus atributos sobre nuestra vida de amor, paz, gozo,
compasión, benevolencia, paciencia, fidelidad, humildad, y auto control.
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