Saturday, September 3, 2011

como enamorarse de la vida

En una ocasión Dios bajo a la tierra en forma de una preciosa mujer. Llego hasta un pueblo de pescadores. Caminando por el puerto todos los pescadores se enamoraron de ella, por su radiante belleza y la luz que irradiaba de amor y sabiduría. De los cieno hombres que habían en el puerto, solo diez reunieron en valor de acercarse y declararle su amor. Los diez hombres querían hacerla feliz. La bella mujer les dijo: de entre vosotros, me casare con aquel que lea las escrituras. En un mes regresare y tomare mi decisión.

Después de un mes la mujer regreso al pueblo y los diez hombres la esperaban ansiosos. De los diez solo 6 realmente habían leído las escrituras. A estos seis ella les dijo: de entre vosotros seis, me casare con aquel que memorice treinta versos. Volveré en un mes para tomar mi decisión.

Los hombres se afanaron en el estudio de las escrituras. Al mes Dios regreso en forma de mujer y encontró a los hombres esperandola con rostros resplandecientes. De los seis hombres tan solo 4 habían aprendido los treinta versos. La mujer les dijo: de entre vosotros cuatro, me casare con aquel que sepa interpretar las escrituras. En un mes regresare para tomar mi decisión.

Los cuatro hombres estudiaron las escrituras con pasión. Las palabras comenzaron a tomar un significado nuevo. En las historias veían claramente las claves de la liberación espiritual y la condenación del hombre. Durante ese mes, no pudieron guardarse sus revelaciones para si mismos. Así que todos los días salían al puerto a predicar, a compartir las buenas noticias con sus hermanos pescadores.

Al mes, le hermosa mujer regreso y contemplo a cuatro hombres nuevos y diferentes. Sus rostros emanaban paz, alegría, amor y una increíble dicha interior. De los cuatro uno destaco no solo por su increíble interpretación de las escrituras, sino por la pasión, la sinceridad y la naturalidad con la que lo comunicaba. La bella mujer le dijo al pescador, que ahora se había hecho pastor, regresare en un mes y me casare contigo.

El pastor espero sin impacientarse, espero en alegria, amando a todos sus semejantes y la creación del Senor. Cuando llego el mes, la mujer no llego. Paso una semana del plazo acordado y ella no llegaba. El pastor entonces comenzó a orar por ella. Día y noche la tenia en sus oraciones y se visualizaba con ella, viviendo en armonía y felicidad. Tanto la tuvo en su mente que una manana durante su oración abrió los ojos y la vio en el mar. Así que el pastor amo el mar. Luego miro al cielo y la vio en el cielo. Así que también amo al cielo. Miro a las montañas y la vio, así que también amo a las montañas. Donde quiera que ponía sus ojos allí estaba la hermosas mujer y el pastor amo todo lo que le rodeaba porque en todo estaba ella.

En ese instante el pastor se dio cuenta que la mujer era Dios, y que había venido a la tierra para ayudarle a aprender a amarle a el. Y desde entonces el pastor vivió envuelto en amor e hizo su meta en la vida transmitir ese amor a sus semejantes.

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