Gálatas 6:9
9 Y no nos
cansemos[a] de hacer el
bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, recogeremos el fruto.
Hace ya catorce
años que conocí a Ruth en mi pueblo. Ella ya era una chica con un sueño claro:
triunfar en el mundo de la canción. Su don era tan obvio, que allá donde iba la
gente quedaba asombrada con su voz y con su talento. Todo el mundo decía que un
día sería una estrella de la canción. Sin embargo, en lo natural no pasaba
nada. Pasaban los años y Ruth probaba su suerte en diferentes bandas y
proyectos, que igualmente ilusionaban por su pasión y su gran voz. Pero por una
razón o por la otra su carrera parecía no despegar.
Pasó su segunda
década de la misma manera, sin nunca perder la esperanza. Con grandes
expectativas se presentó a operación Triunfo en España. Todos los que la
conocíamos sabíamos que la elegirían. No había duda en nuestra mente. Pero, de
nuevo el destino demoró su sueño una vez más. EL jurado de OT, ni siquiera la
consideró para la fase de clasificación. Cualquier persona hubiera desistido,
pero no Ruth.
Tras este
tropiezo se fue a Inglaterra y otra vez se levantó a base de fe y esperanza.
Allí también quedaron prendados por su inmenso talento. Tanto así que una amiga
la apuntó a factor X, sin ella tan siquiera saberlo. Todas las puertas que se
le cerraron en España se abrieron de par en par en Inglaterra. El jurado se
enamoró de su carácter pasional, de su voz arrolladora y su personalidad
cariñosa. No solamente fue elegida para las fases finales sino que quedó entre
las tres primeras del país.
Parecía que toda
la mala suerte por fin se había roto. Una discográfica afamada quiso
promocionar a Ruth como la nueva estrella del pop. Sin embargo, Ruth sintió que
ese proyecto no reflejaba quien era ella en realidad. En contra de todo
pronóstico Ruth decidió ser sincera consigo misma y decidió no embarcarse en
ese proyecto a pesar de lo tentador que parecía.
Su decisión le
llevó a trabajar por su cuenta en la música en la que ella creía. Su carrera
había subido de nivel, pero aún no encontraba el apoyo o la plataforma de una
discográfica que finalmente la lanzase a la fama. Entrando ya a sus treinta
años todavía no había concretado nada, pero sus esperanzas nunca
desfallecieron. Ruth seguía dándolo todo en cada actuación, siendo 100% honesta
a su identidad.
Cuando llegó
Eurovisión Ruth decidió probar su suerte. Mucha gente la veía como un completa
desconocida que ya había dejado pasar el tren de la fama. Pero Ruth desoyó toda
crítica. A pesar de ser una digna competidora humildemente honró y alabó las
cualidades de sus rivales directos. Ruth salió al escenario sin mirar ni z
izquierda ni a derecha. No se fijó en su oposición, ni en el jurado, cantó por
y para Dios, el cual siempre la había acompañado. Cantó para aquel que le dio
su don y su talento. Y aunque el jurado no votó por ella, el público sintió su emoción, apreció su talento
y reconoció su don, como un don que viene del cielo.
Quiero dar mi más
sincera enhorabuena a Ruth Lorenzo por su perseverancia, por su fortaleza, por
su entusiasmo y su dedicación a su sueño. Eres una gran inspiración para todos
los que te conocemos, e incluso a los que te conocen ahora. Porque toda tu vida
y tu carrera demuestran que aunque las cosas no le salgan a uno como piensa,
siempre tiene la opción de cantar bajo la lluvia y las adversidades.
Mis mejores
deseos de parte mía y de toda la familia Marín Millán, siempre estaremos
caminando contigo.