Thursday, May 23, 2013

ama a tus enemigos




"Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen,

haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;"

MATEO 5:44
Jesús tiene un corazón tan grande que rompe todos los esquemas que tenemos los seres humanos. Como hombre nuestra naturaleza tiende a buscar lo bueno y lo agradable, al igual que lo fácil. Sin embargo Jesús nos reta a ir a donde nadie se atreve a ir. Todos podemos amar a los que son fáciles de amar, pero muy pocos pueden amar  aceptar a los que son difíciles de amar.

Aquellos que te persigan, bendícelos, aquellos que ultrajan, ora por ellos. Son mandamientos que desafian nuestra propia naturaleza. Por ello, no lo hacemos por nosotros mismos, lo hacemos porque Jesús nos lo dijo. Creyendo en él actuamos en obediencia. Cuando lo hacemos, cuando cedemos a nuestros deseos impulsivos y amamos, a pesar del dolor, a pesar de la injusticia, se abre una brecha de luz la cual transforma toda tu realidad. El que era tu enemigo ya no lo puedes ver de la misma manera. Aquel que te perseguía ya no encuentra motivos para seguir haciéndolo. Hacen falta dos para pelearse. Si uno emana amor, y no ira, si uno devuelve cariño, en vez de agresividad, el fulgor del conflicto se disuelve irremediablemente, porque la luz del amor no encuentra opuestos.

En una ocasión un monje tibetano fue entrevistado después de haber sido prisionero por el ejército chino durante más de 5 años. El periodiste le preguntó: "¿En todo ese tiempo, no temió perder su vida?". El anciano monje respondió con una cálida sonrisa "Nunca temí perder mi vida, tan sólo hubo ocasiones en las que temí perder mi compasión por los soldados que me retenían".

De la misma manera, mi mente humana no alcanza a comprender la magnitud de la compasión y el amor de Jesús. No puedo tan siquiera tener un atisbo de entendimiento como puede un hombre que es brutalmente apaleado, mofado, escupido, torturado públicamente y crucificado mirar al cielo y orar a Dios pidiéndole: "Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Tal vez tú no te encuentres con soldados chinos, ni con centuriones romanos, tal vez es una persona que continuamente es grosera contigo y que te hiere tus sentimientos. Tal vez es un familiar o una persona crítica y amarga que levanta falso testimonio contra ti. Sea la que sea, la situación o la persona a la que te enfrentas, Jesús te dice que no presentes batalla, que aceptes a esa persona y aunque no la entiendas la bendigas de corazón y la dejes marchar. Pídile a Dios que te de las fuerzas para estar por encima de tu situación y perdonar a los que te han hecho algo imperdonable, amar a los que son difiles de amar. Si haces esto el conflicto desaparecerá de tu corazón, y por tanto de tu realidad.